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Marco Avilés

Iglesia

En mi timeline de hoy la ecografía del bebé de alguien que no conozco forma una cadena natural con el bombardeo televisado de Siria, el gatito que le pega al perro, media docena de columnas de opinión de escritores que no tienen columnas de opinión, videíto del bebé diciendo apá apá, expresiones de luto por la muerte de tres periodistas, Susy Díaz contándote que si tomas pisco pierdes el anillo, la ex voleybolista y el boxeador diciéndose cachar, esa mierda, pinga, pichula en un set de tele, jajaja, y luego alguien afirma que todo lo puede en Cristo. No te rías.

Una mujer en gafas negras traga dos kilos de carne en dos minutos y gana un concurso, y enseguida alguien comenta «estupidez humana». Pienso así pero también que todos estamos tragando toneladas de píxeles sinsentido, y no llamamos a eso glotonería o estupidez. El cabecilla terrorista sale libre tras cumplir su condena de 25 años y una escritora se horroriza porque la ley se cumple, mi amiga ecuatoriana María Fernanda Ampuero ha publicado un libro hermoso en España, la publicidad de Udemy me recomienda aprender japonés, mis amigos de promoción comparten un video de un amigo bailando tecno como si fuera polka, la edición de El Puente de Gay Talese en la biblioteca de mi amigo Carlos Paredes, la foto de tres mochilas en el aeropuerto de Lima y alguien que anuncia que se va de viaje. Ojalá a otro mundo más lindo.

El ministro de justicia robó 2 millones de soles al comprar abono. ¿Será abono de caca? ¿Hasta en eso meten los políticos sus narices? Un amigo que tampoco conozco dice que «La mitad del mundo piensa que la otra mitad está equivocada, así que, mejor haz lo te de la gana», la universidad de Beijing cumple 20 años y una amiga que trabaja allá comparte unas fotos, seminario de ilustración de Marco Tóxico, Pink Freud: the dark side of your mom, Frontline, investigative journalism in your inbox, un colega al que no veo hace quince años comparte una foto sentado sobre un zapato del tamaño de un automóvil. Quizá es un zapato famoso y yo un ignorante. En la era donde casi toda la información es basura, no saber es poder.

Soy masoquista, adicto a los videojuegos y aún tengo gasolina. Mi amigo Jack amigo regresa de la isla Lobos de Afuera, «la más lejana del litoral (108km) y la más biodiversa», ¿Por qué un máster no puede comprarse?, se pregunta el escritor Jorge Carrión en su última columna de Jot Down, y a continuación la imagen de un feto y el título: Feto Paez dice que quiere ser músico, una misionera cristiana de velo azul dice que la guerra en Siria no es tal como la muestra la tele, no es la gente levantada contra el gobierno, dice, sino grupos armados terroristas, mercenarios, «Cómo dejar de ser un intenso de mierda, la novela» es un dibujito que comparte mi amiga Melina. Intenso.

Alguien comparte la foto de una iglesia que parece un pollo. Luego un selfie: «Cuando quieres tomarte una foto sexy en clase pero sale la bolsa de mandarina que te compraste antes de entrar xD». Radiohead pasó por Lima y eso genera conocimiento repetitivo: «No te gastes transmitiendo en vivo un concierto. Mejor grábalo, Tendrás los mismos vídeos cagados, pero en horizontal y full HD». Tu vida merece un soundtrack, dice la empresa Pandora, y un meme cuenta que en Nepal la mujer puede tener tres maridos, ¿qué opinas?

Opino que acá nos pasamos la vida escarbando y escarbando en busca de algo que nunca encontraremos. Por eso, comparte este mensaje con una plegaria y Dios te rescatará. No es broma. Dios es un pollo que todo lo ve y está lleno de amor.

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